La cata de café a la brasileña, popularmente conocida como “cata brasileña”, es el método más recurrente a la hora de evaluar la calidad de los cafés de origen. Durante el desarrollo de este procedimiento, se analizan las características más significativas de la materia prima y se puntúa. Los baristas y los expertos en el mundo del café consideramos que es el método más completo a la hora de realizar un examen, ficha o descripción de un determinado tipo de café de origen.
¿Cuál es el primer paso a la hora de realizar una cata brasileña?
En la cata brasileña, se ofrece a las personas que van a testar el producto más de una taza de café de cada variedad. En esta taza se encuentra una infusión con café de bajo tueste (8,5g de café en 150ml de agua a punto de entrar en ebullición).
Para acentuar las características de la infusión, se sirve en una taza especial de cerámica o cristal de no más de 200ml y una hoja de control para anotar las puntuaciones de cada origen.
¿Qué características del café son las que se puntúan?
Aspecto general de los granos (tostados).
Fragancia del café (tostado y molido).
Fragancia de la infusión de café.
Sabor de la infusión (se valora la complejidad, la calidad y la intensidad).
Retronasal, sensación o aromas percibidos cuando el café está en la boca o al pasar por la rinofaringe.
Postgusto, el sabor que permanece en la boca (se valora la duración y la sensación que produce).
Acidez, que es valorada positivamente. Si es demasiado intensa puede resultar desagradable, pero normalmente se presenta de manera equilibrada y ayuda a potenciar el dulzor y las características de la materia prima.
Cuerpo, o sensación táctil del producto en la boca. En una cata brasileña, ayuda a detectar la cantidad de aceites en la infusión.